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miércoles, 8 de noviembre de 2023

Pruebo al entrenador de mi hijo

 He decidido apuntar a mi hijo a fútbol, para que al menos salga un par de días de casa y se desintoxica de tanta móvil y videojuegos.


Parecía que iba a ser más difícil convencerlo pero como el lugar de entrenamiento no está a más de 300 metros de casa, fue sencillo además de concederle algunos premios y con la condición de que yo tenía que ir a ver cómo jugaba.


Mi hijo no se va a ganar la vida con el fútbol, yo negaré que he dicho eso. Al principio no estaba muy a gusto viendo sus partidos porque era la única madre que había allí, pero después empecé a imaginar que me lo hacía con el entrenador y a veces cuando llegaba a casa me tocaba un poco.


Todo siguió más o menos igual con la diferencia de que yo miraba de forma especial al entrenador, un chico de veinticuatro años al que se le notaba que hacía mucho deporte.


Un día después de que mi hijo estuviese enfermo, vinieron a casa un amigo suyo y el entrenador para ver qué tal estaba.

Yo me sentí agradecida de la visita y después de haber preparado la merienda para todos, dejamos a los niños jugando videojuegos y me vino la inspiración de cómo podía saber mis ganas con el entrenador.


Lo dejé en la cocina, diciendo que me disculpase pero tenía que tomar un baño rápido, se extraño de que lo lo dejase solo viendo televisión. Estando ya en el baño, di un pequeño grito porque había visto una araña grande (yo era la única araña que quería cazar al entrenador), mi hijo y su amigo no oyeron nada atontados con el videojuego pero él entrenador vino rápido


Allí estaba yo completamente desnuda en la ducha o regadera, consiente de que a ese chico le gustarían las mujeres más jóvenes y esbeltas pero tenía un as en la manga:

MIS MIS TETAS


Qué siempre habían sido un punto a mi favor


Al abrir la puerta entendió que no había ninguna araña, me miró raro pero pasó y cerro la puerta. Estoy segura de que nunca había tenido unas tetas como las mías tan a su disposición por qué no tardó nada en acercarse más y sujetarlas con sus manos bien calientes y deseosas de jugar con mis pezones.


Yo lo besé al tiempo que habría su pantalón en busca de su verga que se había puesto dura, le hice una paja y poniéndome de espaldas le invite a entrar a mi culo o a mi concha, mientras me sujetaba los pechos desde atrás.


La excitación de lo que estaba pasando me hizo venirme pronto, pensando que cualquiera de los niños podía tener una urgencia de usar el baño y pillamos, oh algo que podía ser peor aún cómo era que mi esposo terminase antes de lo normal del trabajo y nos vería así.


Ahora no dejo de ir a los entrenamientos y los partidos de mi hijo, pensando que pudiéramos repetir lo que pasó





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