Soy Mayra una mujer madura de no importa cuántos años, cansada de que mi marido me ponga los tacos y de hacerme la tonta como si no me enterase de nada.
Pues bien desde hace un tiempo que conocí a un chico joven y muy agradable, yo venía de hacer la compra y él me ayudó a la hora de cargada con las bolsas, abrir la puerta de casa.
Me dijo:
Qué bien nos vendría tener tres brazos alguna vez jeje
Le invité a pasar a la casa y le ofrece un refrigerio, no sé por qué si quizás por la falta de sexo intenso con mi marido y lo activo y vital que se veía este chico, pero calentó la concha un poquito.
No sabía si era adecuado pero continuando con la conversación me apañe para intercambiar teléfonos...
Obvio esa noche estuvo en mis sueños ese chico, aunque ya precisamente no me ayudaba con las compras, si no que era yo la que le devolvía su ayuda en una soberana mamada, tenía una verga no demasiado grande pero sí con una cabeza bien gorda y rica de chupar que me derramaba leche a borbotones, los sueños son caprichosos y solo son sueños por lo que no le di demasiada importancia a despertar bien mojada ese día
Algún día después, aunque no había vuelto a soñar con este chico, recordé que tenía su teléfono y me dije:
Por qué no llamarlo con cualquier excusa tonta?
Me daba vergüenza llamarlo y solo le envié unos WhatsApp que tardó como una hora en contestar y entre lo caliente que yo dejaba ver en los mensajes que le enviaba, que él chico no era tanto y que nos dejamos llevar un poco, la conversación se fue calentando bastante hasta el punto de que dos días más nos continuamos calentando por el whatsapp, enviándonos fotos y algún vídeo subido de tono
No tardó en enviarme fotos de la verga y aunque no era tan cabezona como en mis sueños, no estaba nada mal...
No podía ocultar el deseo de ser infiel al que tantas veces me lo había sido, mi marido.
No quería que fuera en mi casa para evitar cualquier problema, le dije que si él sabía de algún sitio donde nos podíamos ver a solas, me habló de la casa de unos amigos suyos que estaba vacía...
Me sentía como una adolescente haciendo una travesura y eso me es excitaba bastante, porque yo realmente no sabía quién era ese chico, solo me había ayudado un día con las bolsas para abrir la puerta y parecía agradable pero no sabía quién era...
Inconsciente me dejé guiar hasta la casa que él decía, una vez allí comprobé que aquel sitio era un un lugar que solo era habitado para sucesos como el que íbamos a llevar a cabo, encuentros sexuales y poco más, pues carecía de las cosas normales de un hogar... Pero de vez en cuando hay que hacer alguna locura y ya era mi hora de hacerlas.
El chico había preparado unas botellas de ron de cola y de otros refrescos acompañado de hielo por si nos apetecía tomar algo
Tras hablar un poco, de varias cosas, me preguntó que si era viuda porque me había visto el anillo de matrimonio..., no quería alargarme en explicaciones y le dije que a que habíamos venido a ese sitio?
Captó rápido mi mensaje y se abalanzó sobre mi cintura para acercarse más a mi, así como estábamos no tardó nada en llegar el primer beso que me supo a gloria al notar como su lengua dibujaba figuras imposibles dentro de mi boca
Obvio que lo siguiente que quería n ver y gozar eran mis pechos porque yo ni siquiera me había puesto un bra y mis pezones andaban libres bajo mi blusa
Me apretó los pechos mientras besaba y marcaba mi cuello, mis pezones tomaron cuerpo y se pusieron un poco duros, me los chupo como un bebé cuando está mamando de su mamá, con ansia y desesperación hasta conseguir arrancarme suspiros no sé si de placer o de dolor de tanto como chupaba
Me di cuenta de la tenía bien dura y le propuse que la pusiera entre mis pechos, pensando que nunca la habría tenido entre unas tetas como las mías, me las follaba bastante bien y cada vez que la punta asomaba le daba una chupadita, me gustó bastante que esté minera entre mis pechos
Mi concha ya estaba húmeda cuando empezó a tocarme ahí abajo y a ir metiendo un poco los dedos al mismo tiempo que su lengua recorría mi vulva y jugaban con mi clítoris hasta arrancarme un orgasmo
La tenía muy dura y cuando me la quería meter por la concha, le dije que mejor por el culo a lo que no tuvo problema en seguir mis indicaciones, me tumbé boca abajo y le abrí las nalgas para facilidad, hacía mucho que mi marido no me la metia y aunque hubo un pequeño dolorcito, pronto empecé a Mozart de cada embestida arrancando jadeos de mi boca, el parecía como poseído por una ambición imparable de penetrarme hasta que fluir son leche dentro de mi.
Luego le tocó a mi concha, pero ahora fui yo la que se puso encima mientras él jugaba con mis pechos yo le cabalgaba...
Que me llenara también la concha de leche...
Todo GENIAL, seguimos viéndonos, mi marido creo que algo sabe y no me importa, solo pienso en el próximo encuentro