Soy una loca de los bichos desde pequeña cuando ya con tres años tenía dos gatos y un perrito
Este interés por los animales fue creciendo y me llevo a estudiar biología porque no pude entrar en veterinaria.
Cada verano intentado hacer prácticas por ejemplo año estuve en un delfinario, otro en una protectora de animales abandonados, otro en una granja de caballos y este último año ya fue demasiado porque por unos conocidos, me fui a África a una reserva.
Lo que más había eran monos de distintas especies: chimpancés, gorilas, orangutanes y los que van a hacer protagonistas de esta historia los bonobos.
Aunque era tiempo de vacaciones yo no estaba de vacaciones ya que tenía que facilitar alimentos a los monobos, limpiar un poco el espacio que ocupaban y por supuesto tomar todas las anotaciones que podía, parecía Jane goodall.
De estos primates me sorprendió que no tenían demasiadas peleas y que la forma de solventar cualquier discusión entre ellos era follar, sí sí daba igual si era entre individuos de su mismo sexo o no, arreglaban sus problemas follándo.
Por un momento pensé cuanto tiene que aprender el ser humano de los bonobos y qué fácil sería no acabar en guerras con solo follar un poco más.
Como cada día estaba en mis tareas y vi cómo Arturo, le habíamos puesto ese nombre para distinguirlos, estaba raro ese día, me miraba con lejanía pero con intensidad, fue hacia él y le hice una caricia, no era raro verlos con los penes erectos y no me preocupo ni me fijé en que después de acariciar su cara se le había puesto dura.
Los pitos de los bonobos no son muy diferentes de cómo lo tienen los hombres.
Me fijé en que que desde aquel día Arturo casi siempre estaba pendiente de mí y no sé si a modo de agradecimiento intentaba de volverme la caricia que yo le había hecho ese día.
Después de ver cómo interactuaban (follaban continuamente) y teniendo en cuenta que así hombres cerca, de qué Arturo estuviese siempre junto a mí... Un día que había"discutido a Arturo" porque después de que yo había limpiado y colocado el lugar, el lo había alborotado todo.
Cómo es su proceder cuando discuten, se acercó a mí abrazándome y rozando su pene en mi culo
Eso me hizo pensar que ya me consideraba una más de la manada
Siguió insistiendo con el roce hasta que se puso un poco alterado y, negaré esto ande cualquier inspector, me excite. Me baje el pantalón y casi sin esperar nada de tiempo ya me la había metido y me hizo experimentar un placer salvaje ante él el movimiento rápido y continuo de su pene
No se alargó mucho el acto y cuando terminó como ya estaba perfectamente calmado volvió a su lugar sin dejar de mirarme
Sé que puede parecer una locura follar con un bonobo, pero repetimos algunas veces más porque solo tenía que simular que discutía con él y ya lo tenía, sin problemas de pareja ni nada
Que conste que si hice esto fue por hambre ampliar conocimiento sobre el comportamiento de los bonobos