Para una madre, su hijo es el mejor del mundo, el más guapo, el más bueno y el más listo y para mí así era aunque también era consciente de que mi niño de nueve años no sería matemático en el futuro por qué los números y el no se llevaban muy bien.
Este año tenía que aprobar matemáticas o de lo contrario repetiría curso, con lo humillante que eso podía ser.
Lo apunté a una academia y fue con el a numerosas tutorías para intentar hacer presión en su profesor para aprobar.
Todos los días hacía que me repasara la tarea y los ejercicios pero uno tras otro suspendía los exámenes. Estaba decepcionada y defraudada con mi hijo por qué por más esfuerzo que hacíamos, las mates se le atascaban.
Llegó el último examen de recuperación y tras una semana esperando las notas y rezando a todos los Santos que conocía, otro suspenso.
No podía creer lo que había pasado y fui a hablar con el profesor para explicarle la situación de mi hijo, cosa que él conocía perfectamente y no estaba dispuesto a aprobarlo porque según decía el año siguiente necesitaría conocer bien las matemáticas.
Le suplique que no condenará a mi hijo a ser un repetidor, pero se mostró impasible.
Pero era un hombre y aunque matemático los hombres sucumben sin demasiada complejidad.
La tarde siguiente fui a su casa con un vestido muy cómodo y sin sujetador, cuando abrió la puerta no le di tiempo a que dijera nada, solo le di un pequeño empujón para pasar y me abrí lo suficiente el vestido para sacar mis tetas, mis labios buscaron los suyos para impedir que hablara y mis manos fueron a su culo y a palpar sí se había excitado.
Estaba desconcertado ante mí ataque aunque en ningún momento nosotros rechazo, se dejaba llevar y fuimos a su cuarto a la cama, se desnudo yo seguí con el vestido abierto y mis tetas al aire con la parte de abajo levantada y tumbada en su cama y abierta de piernas lleve a cabo el teatro de follar con el sin pasar por preliminares, aquí te pillo aquí te mato.
Aunque no lo había pensado así, me provocó dos orgasmos con su polla de matemático y pensé que quizás el curso siguiente tendría que volver de visita.
El quedó muy complacido y al final dijo: da igual un aprobado más o un aprobado menos y esté b que tu hijo le pone empeño
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