Seguidores

sábado, 7 de octubre de 2023

Nuevo partido

 Historia de una muerte anunciada, si habéis leído antes algún relato mío, soy el que esté aficionó a coger con viejas, todo iba muy bien, yo sentía que hacía una labor social dando alegría y salsa estas mujeres.


Compaginaba la prelación con mi chica y mis pequeñas escapadas para atender a las señoras, supongo que me hice famoso por mis talentos y mi chica se acabó enterando, aunque al principio más que celos le daba la risa, acabó por cansarse de compartirme con viejas y me dejó.


Alguna vez había pasado por mi cabeza que eso podría pasar, pero cómo estaba atontao con tanto folleteo, dejaba pasar esas ideas, hasta que llegó el día en que mi chica ya no estaba yo no podía hacer nada.


Ahí estaban mis mamotas, lo había hecho ya con 8, creo y cada vez me daba menos vergüenza y lo disfrutaba más, no tenía que tener cuidado de no terminar dentro de ellas y siempre estaban dispuestas a chupármela y yo no me cansaba de comer sus conchas, aunque algunas estuvieran ya sin calditos.


Por ejemplo, este fue el caso de Dory, morena sesenta y nueve años y pues un cuerpo de esa edad, me había conocido por otra de las mamotas con las que había estado, tenía diecisiete años viuda y no había querido nada con hombres hasta que su hija y su hijo se habían ido de casa.


Ahora se sentía cómoda y sola, influenciada por su amiga y como no tenía mucho que hacer, se animó a probarme, me llamo y concertamos una cita en su casa, llegué y solo había que empujar un poco la puerta para pasar, seguí las indicaciones que me fue dando para llegar donde estaba ella, tumbada en una cama, solo con un traje de noche transparente.


Me presente, le dije lo guapa que estaba, me desnude y me puse cerca de ella para hablar un ratito y que no fuera tan frío todo.


Me la agarró y me dijo qué yo era el segundo hombre con el que lo hacía además de con su marido, me la estuvo meneando un rato hasta que se puso un poco dura, decía que prefería que se la metieran cuando aún no estaba bien dura para que terminara creciendo dentro de su panocha.


Al principio después de haberle comido bien los pechos por encima de su traje de noche, de que me la meneara un poco y yo empezará a buscar en su panocha con mis dedos, no se movió casi nada solo se paró más las piernas para facilitar mi entrada.


Después de haber dado unos cuantos golpes con mi verga en su cara y en sus pechos que ya tenían los pezones de punta, me la agarre y empecé a pasar mi capullo por su ano y su panocha hasta que comprobé que lubricaba un poco y empecé a empujar suave hacia dentro.


Estaba bastante seca pero ayudándonos de saliva se pudo hacer bien. Estaba como reprimida sin hacer ningún comentario ante mis envestidas hasta que percibí un pequeño orgasmo con su consecuente venida y todo empezó a rodar mucho mejor, de verla así viniéndose yo no pude aguantar también mi venida dentro de su panocha y ahora sí que era fácil y cómoda la entrada y salida de mi verga.


Su cara también había cambiado, antes estaba inhibida y ahora se veía pletórica. Y se incorporó en la cama este puso a jugar con mi verga hasta que la volvió a tener un poco dura y se puso encima de mi metiéndola entre sus labios vaginales para empezar un movimiento endiablado, qué paraba si notaba que yo me iba a venir y comenzaba de nuevo una y otra vez, esa panocha tenía mucha vida y sabía bien como estrujarme.


No ha tenido que volver a llamarme porque he sido yo el que la he llamado a ella para repetir cuantas veces haya querido, no me alegro de que mi chica me dejara pero hay muchos peces en el mar y yo me apaño




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Antigua amiga 3

 Continúe hablando con mi amiga casi a diario y con la esperanza menos por mi parte de volver a echar un buen polvo con ella . Por cosas de ...