Soy profesora adjunta en un centro asociado a una universidad, de la que no voy a decir el nombre.
A causa del covid, tuvimos que cambiar las clases presenciales por clases interactivas a través de la web.
Yo no estaba demasiado familiarizada con las nuevas tecnologías y recurri a uno de mis alumnos más avanzados para ponerme al día.
No era raro que este alumno viniese a mi despacho, decía que sentía admiración por mí, por mí sabiduría y mi forma de enseñar.
Me enorgullecía oírlo hablar así y fraguamos algo más que una relación profesora alumno. A veces y vamos a cenar juntos, aunque yo no acababa de estar segura de que favorecía a un alumno por encima de los demás
Él debió intuirlo y un día me dijo que yo hacía muy muy bien mi trabajo para la universidad, que luego fuera de allí podía hacer lo que quisiera.
Después de haber terminado una clase a través de la web, estando este alumno allí ayudándome con las conexiones, pasó.
Nos dejamos llevar por la admiración que sentíamos uno por otro y allí en su despacho, nos pusimos a coger, sí cuidado de haber apagado todas las conexiones.
Cierto que me vine muy rico pero después de aquello tuve que aguantar los comentarios de otros alumnos y alumnas cuando pasaba por su lado
Rica tutoria, necesitaría que me explicase tan bien como a mí mi compañero...
El rector me advirtió seriamente de que para esas cosas había otros sitios más adecuados y que al siguiente error me echarían..
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