A mí no me hacía ninguna gracia lo del perro porque ya sabemos la de pelos que sueltan que lo babean todo lo muerden todo y no es raro que no te hagan caso de nada, pero bueno si mis padres lo veían bien pues sería cosa suya.
Para mi sorpresa el perro parecía estar muy bien amaestrado era obediente y no daban demasiados problemas, como es normal le gustaba mucho jugar y era casi incansable.
Una vez que me pilló en casa de mis padres sola con el perro, tuve una mala idea o muy buena idea, como con el perro hacías lo que querías porque era muy obediente se me ocurrió poner un poco de su comida en mi conchita para ver qué hacía y sin dudar un momento se dirigió a comer su comida sobre mi concha. Sentir su lengua áspera lamer mi vulva sin descanso y con habilidad casi hizo que llegara al orgasmo.
Ya me caía mejor lo de tener perro aunque lo llenará todo de pelos no importaba y cada vez que visitaba a mis padres intentaba quedarme a solas con el perro un rato para que paseara para que comiera daba igual el caso era quedarme a solas con él
Además de comerme la vulva yo empecé a interesarme por su pene porque vi que uno de los días lo tenía más grande y duro que los demás días supongo que por qué mis gemidos habían sido algo más sonoros y por qué mientras me lo comía yo había buscado su pene y lo había jalado un poco.
Lo siguiente fue que a continuación de chupar mi vulva se puso a penetrarme hasta que se vino y yo también
En conclusión un perro es mejor que un hombre porque no exige explicaciones fidelidad ni nada de eso, además siempre que tú quieras él va a querer
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