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jueves, 17 de agosto de 2023

Otra mamota nueva

 Parecía que había puesto un anuncio en Messenger, en Twitter, en Facebook o yo que sé pero venga tener avisos de mamotas para coger, vale en realidad no tantos, solo llevaba seis, me gustaba mucho eso porque eran mujeres que no me iban a exigir nada más allá de que cogiéramos con un poco de cariño.


Esta a diferencia de las anteriores que ya habían pasado los 50 hacía tiempo, tenía cuarenta y seis años y aún conservaba la lozanía y la jovialidad. Recibí un whatsapp suyo en el que me decía que había oído hablar de mí a una amiga y que por probar una vez no pasaba nada. Quedamos una vez en un café bar y me contó que llevaba siete años divorciada y sin pareja, qué tenía una hija de ocho años y no había querido meter hombres en su casa estando su niña pequeña por qué los hombres sois muy cabrones y no respetáis nada


También me dijo que tenían custodia compartida de la niña y que los próximos 15 días estaban con el padre y a ella le apetecía divertirse.

Yo le dije que no se fuese a pensar que yo me dedicaba a coger con mujeres maduras, evite decir viejas porque ella no lo era.


Los dos quedamos contentos con nuestro encuentro y me dijo que ya me llamaría si yo seguía interesado.

Tres días después se puso en contacto conmigo, diciéndome dónde vivía y una hora a la que ir, las cuatro de la tarde. Dude entre llevar unas flores una botella de vino o unos bombones, qué fue lo que elegí al final.


Faltaban cinco minutos de la hora fijada cuando llamé a su puerta y abriendo solo un poco me hizo pasar rápido porque llevaba un vestido que no escondía nada. Ya dentro vi bien que su vestido no ocultaba nada era bastante transparente. Nos saludamos y nos pusimos a hablar pero muy poco tiempo


: No habrás venido a contarme tu vida verdad?


No, es que no quería ser tan directo


Sí estamos aquí es para coger no para que veas como tengo amueblada la casa.


Como ya he dicho su vestido no escondía nada, dejaba ver casi como por un cristal un poco cubierto de vapor, sus pezones y aureolas, como también se veía la oscuridad en su pubis. Tenía una cara agradable y un pelo negro y largo, figura contorneada.


No estábamos allí para perder el tiempo y empezamos a besarnos, y vamos acariciándonos y además de que saltaba a la vista, noté que que aunque no era tan voluptuosa de pecho como otras de las mamotas con las que había cogido, sus pechos eran más que suficientes para satisfacer a un chico como yo.


Habíamos estado frente a frente y le pedí que se diese media vuelta para agarrar sus pechos desde atrás y apretarlos mientras chupaba su cuello y también iba notando como mi verga crecía cerca de su culo.


Nos desnudamos y acompañamos con la lengua el movimiento de quitar la ropa. Yo solo la tenía un poco dura y ella me dijo de ir a la cama para continuar. Ya en la cama ella me la empezó a jalar y yo empecé a jugar con el pelo de su concha, de repente se la medio en la boca toda y yo me puse a buscar entre su vulva su entrada y a meter un par de dedos al tiempo que mi dedo pulgar y mi lengua jugaban con su clítoris.


Aunque yo había ido ya con una paja hecha en casa para no acabar rápido, solo tarde unos 20 segundos más que ella en venirme por primera vez


Me dabalbo mientras yo sujetaba sus pechos con los pezones bien duros, lo hicimos también a cuatro patas, se le notaba todo el tiempo que llevaba sin coger por las ansias que tenía.


Por último, ese día, nos pusimos depie ella inclinada hacia adelante obedeciéndome la entrada a su concha y su culo y primero abrazando y apretando sus pechos, ella me la agarró y la puso en la entrada la medio un poco más de la punta y me dio un pequeño azote en el culo como si estuviera animando a un ccaballo.Tenía vía libre para entrar y salir de sus dos agujeros animado por sus jadeos cada vez que la metia, llegado un punto le pregunté si la podía agarrar del pelo, se levantó un poco y mirándome riendo me dijo: has gozado de mis pechos estás cogiendo mi culo y mi concha y me preguntas que si puedes agarrar mi pelo


No digas tonterías agárralo y no pares de cogerme


Seguimos un buen rato en el que nos vinimos los dos y luego con cara de tonto yo, seguro, volví a comer su concha porque me había encantado sus gemidos la primera vez que lo había hecho





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