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martes, 31 de octubre de 2023

El pequeño

 Hay que llevarse bien con los vecinos, me enseñaron mis padres desde muy pequeño y yo siempre he intentado seguir esta norma, compartiendo todo con ellos igual que ellos comparten con nosotros.


Lo que nunca me hubiera esperado era encontrar a la mayor de las hijas de los vecinos sin pantalon y oh sorpresa estaba casi desnuda, probando camisetas.


Al verme solo dijo:


Hola pequeño, qué pasa?


Me molestaba aquella forma de hablar de mí, tanto en mi casa como en la de los vecinos, vale que yo era el más pequeño pero ya estaba cansado de que me llamarán así.


Ella tenía veintitrés años y yo quince por lo que yo no había dejado de ser poco más que un niño para ella, aunque ya hacía tiempo que mi verga había entrado en cuca,


Ese día tuve suerte por unas tonterías que dije que la hicieron reír y hablando de cosas de mayores que habíamos tenido cada uno, ella dijo que dos pero que mejor no haber tenido ninguno porque somos todos unos cabrones.


Yo iba a decir dos también pero de que mis relaciones eran ridículas y solo dije que había estado con dos amigas


Dijo que ya conocía mis trabajitos y que había oído hablar bien de mí.


Me alegro el comentario y le dije que allí estaba yo para lo que ella quiera. Hasta ahí todo bien


Semanas después volví a ver a mi vecina, poco después de que hubiera pillado a su chico con otra. Estaba muy enfadada y muy histérica, solo la abrace y le di unos meses en la cabeza, me aparto de un empujón y me dijo que quería coger si es que yo de verdad sabía.


Fue raro, yo el pequeño con mi vecina buenorra. También fue casi inmediato, se quitó la camiseta y levantó su calzón para facilitar mi entrada, a mi edad no era difícil que se me pusiera dura rápido y aunque estaba un poco nervioso por hacerlo con una chica mayor que yo, enseguida empecé a investir en su cuca, estando ella en principio dándome la espalda de pie y luego apoyandose en la cama.


Me vine sin tardar mucho y cuando creía que todo había acabado, cambiamos de posición, me la comió un poco y consiguió que se me pusiera dura, se tumbó boca arriba en la cama y le hice un misionero haciéndola gozar y gemir


Al final yo no quería que todo terminara con nuestras venidas y pensando el pedazo de hembra que tenía delante, me puse a comerle todo especialmente pezones y toda su vulva hasta que se volvió a venir




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