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jueves, 5 de octubre de 2023

Parto sin dolor

 Este último embarrado supuso comienzo de los problemas gordos con mi esposo, ya teníamos tres hijos, dos niñas y un niño de 12 11 y 8 años y todo parecían ir bien.


Me doy cuenta de que con el embarazo me pongo un poco odiosa a la vez que engordo bastante, pero ya sabemos lo que pasa de los otros embarazos, no es algo que yo decida por mi cuenta.


En los anteriores embarazos cuando yo decía a mi esposo que estaba fea que estaba gorda… él siempre me decía que no, que estaba bellísima y no paraba de hacerme cumplidos.


Esta vez es bien diferente, apenas si me mira, no pasamos mucho tiempo juntos y casi no compartimos momentos en la cama.

No lo sé si serán nuevas manías y cambios míos o cambios de el, pero esto no funciona.


Y pues como el que no rinde presencia abre camino a la competencia, como decía mi abuelita, la ocasión vino sola, con el hermano de otra embarazada que iba a clases de parto sin dolor, él era el encargado de llevarla a esas clases y yo pensé que él era el padre.


Me dijeron que no, que era el futuro tío nada más, nos reímos y cada vez que coincidíamos hablábamos un poco y yo me quejaba de lo fea y lo gorda que estaba ya.


Él para quitar importancia a mis comentarios decía n que para nada estaba oh fea

Yo de broma le dije que seguro que él estaba deseando follar con una embarazada gorda y quejicosa, así como yo.


Él solo sonrío y dijo que estaría muy bien y que no tenía problema con mi físico.


Me invitó a tomar café a su casa y después de hablar un buen rato, yo tenía la cabeza dividida entre lo feo y mal que estaría ser infiel a mi marido y lo bien que me podía sentar un poco de sexo después de tanto tiempo sin hacer nada.


No sé si fue telepatía o solo que después de que hubieramos hablado del sexo y que yo hubiera ido a su casa, era sencillo de entender la situación.


Era un tío normal aunque muy animoso, me enseño la casa y cuando llegamos al dormitorio se me escapó el comentario de: que bien te lo tienes que pasar tú aquí.


Volvió a sonreír y me dijo que sí quería n lo podía comprobar yo misma.

No sé cómo fue que empezamos a besarnos y el fue directo a liberar mis tetas, los ojos casi se le salían de las órbitas contemplando mis pechos de embarazada y masajeándolos y chupándolos alternativamente. Pienso que después de llevar un tiempo sin que mi marido me tocara, fue fácil hacerme sentir placer con sus manos y su boca


Era un auténtico pulpo porque atendía todo mi cuerpo con gustos manos y boca, además de no sé cómo ni cuándo acabamos desnudos los dos y con su polla apuntándome no lo pude resistir y se la agarre me la llevé a la boca y la chupe hasta que conseguí mi leche


Estaba claro el juego y el horno estaba encendido, aunque él no la tenía muy gorda y teniendo en cuenta que yo ya había tenido tres hijos no hubo problemas a la hora del sexo como tal, tanto el como yo lo disfrutamos mucho, a mí me destrozaba volver a sentir que acariciaban mis pechos mientras me follaba en las posiciones que el embarazo permitía.


Emocionada me puse encima de él para hacerlo sin pensar que los golpes con tanto peso le podían molestar, cuando yo me corrí lo pensé y se lo comenté que no debería haberlo hecho así pero me dijo que no pasaba nada y que siguiera dando esos golpes hasta que él se corriera.




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