Como una vez escuché:
Entre hacer y no hacer hay que elegir siempre hacer.
Y así hice, en este caso grabé y envié un vídeo a un chico que me gustaba y se me había insinuado alguna vez, vaya a mí también me gustaba el y tenía un poco revuelta la concha.
Yo ya sabía que él andaba con unas y otras y qué daba muy buen servicio, esto último me lo había contado una antigua amiga que también había estado con él
Yo no tenía demasiada experiencia en artes amatorias más allá de hacer pajas y habre chupado un par de veces, me había estrenado con un misionero y poco más.
Después de mandarle el vídeo, lee dije que había sido un error y que me disculpara, para hacerme la decente.
Él contestó rápido y diciendo que no me preocupara que no había ningún problema y que esté yo quería podíamos quedar a tomar algo y hablamos del vídeo.
Quedamos en un parque y nos estuvimos riendo de lo del vídeo. Los dos queríamos lo mismo, estaba claro pero maquillamos un poco la escena.
Me dijo que sí yo era muy guapa, que sí vaya buen cuerpo que tenía, en esos momentos mis labios de abajo hacían palmas y le di un abrazo y empezamos a besarnos, pellizcaba mis pezones que no tardaron en responder y ponerse duros, buscamos un sitio apartado y me quito la camisa para chupar bien mis pezones y hacerme jadear un poquito, se le puso dura y le hice una paja que terminó en mi cara por qué no sé la quería chupar todavía.
No había sido mucho pero ya estábamos enganchados el uno al otro, yo tenía pendiente probar el sabor de su polla y él tenía pendiente saborear mi concha, en la siguiente quedada hicimos lo que habíamos hecho en la anterior pero añadiendo un 69, qué a mi me gustó bastante salvo por sentir el torrente de su leche sin avisar
Luego ya buscamos un sitio con cama donde quedar y me enseñó cómo colocarme para que no me doliera cuando me empujaba con su polla, hacíamos de todo, misionero, de lado, misionero boca abajo, en cuatro patas, ponerme yo encima a horcajadas para cabalgarlo…
Todo era genial hasta que nos planteamos formalizar la relación y empecé a oír comentarios de sí sí también estaba con otra y fue ahí cuando empezamos a discutir, caí en la cuenta de que él era un picaflor y rompimos lo que habíamos tenido.
No me arrepiento porque ya sabía cómo era él y yo había aprendido mucho y lo había pasado muy bien ese tiempo.
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