Este vistió de colegiala y recordamos nuestros inicios.
Sólo lo hacíamos con la boca y con el culo, aunque decía que le dolía mucho.
Este día decidimos revivir esos comienzos, en los que aprendimos a dar placer con la boca y la lengua loca que nunca se cansaba de lamer zonas erógenas, buscando orgasmos.
Más tarde y con paciencia me dejaba entrar por su culito, que era muy apretado pero después de que mis dedos hubieran estado trabajando su concha y su culo, podía meterla un poco aunque ella se quejase
De vez en cuando nos gusta recordar esas tonterías
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