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viernes, 31 de enero de 2025

Bosque

 

El bosque era denso, con árboles que parecían tocarse en lo alto, formando un dosel que apenas dejaba pasar la luz del atardecer. El aire estaba cargado de humedad y el aroma a tierra mojada y hojas secas. Entre la espesura, dos figuras se movían con sigilo, como si el mundo exterior no existiera.

Ella, con su cabello oscuro cayendo en ondas sobre sus hombros, caminaba descalza sobre la alfombra de musgo, sintiendo cada textura bajo sus pies. Él la seguía de cerca, sus ojos brillando con una mezcla de deseo y curiosidad. No había palabras entre ellos, solo el sonido de la respiración agitada y el crujido ocasional de una rama bajo sus pies.

De repente, ella se detuvo y se volvió hacia él. Sus labios se encontraron en un beso apasionado, como si el bosque entero contuviera la respiración para no interrumpirlos. Las manos de él se deslizaron por su cintura, mientras ella lo atraía más cerca, sintiendo el calor de su cuerpo contra el suyo.

El bosque parecía cobrar vida a su alrededor, como si la naturaleza misma estuviera celebrando su conexión. Las hojas susurraban secretos al viento, y el aire se llenó de un magnetismo casi palpable. Era un momento de pura lujuria, de entrega total al instinto y al deseo.

Cuando finalmente se separaron, el bosque volvió a su silencio habitual, pero algo había cambiado. El mundo parecía más vivo, más intenso, como si el simple acto de entregarse al deseo hubiera despertado algo antiguo y poderoso en el corazón del bosque.

Al final en una cabaña que encontramos dieron rienda suelta a la pasión 





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