tía Mónica

Mi tía Mónica es una mujer fenomenal muy jovial y divertida además de que se conserva muy bien está buenorra. Vale debería aclarar un poco que aunque no única sí que mi familia es un poco especial, tanto como que yo soy dos años mayor que mi tía Mónica y he tenido que cuidar de ella alguna vez cuando era o éramos pequeños. Siempre nos hemos llevado muy bien hemos sido amigos o más que amigos que se cuentan todo. Incluso por temporadas hemos vivido uno en casa del otro, nos hemos ayudado cuando hemos tenido desengaños amorosos o cuando hemos planeado futuras escapadas y ligoteos..

Un año decidimos hacer el camino de Santiago juntos y solos Sin parejas ni nadie más aparte de los peregrinos que pudiéramos conocer. Teníamos veintiocho y 30 años y queríamos hacer el camino con las mínimas comodidades para lo que decían que pasaba en el camino real, que te encuentras a ti mismo, íbamos dispuestos a llegar al límite de nuestro cuerpo y de nuestra cabeza sin buscar nada especial dejar de valorar todo lo material..

Un día que llegamos agotados al albergue y llenos de dólares, para olvidar esos dolores nos pusimos a hablar de cómo nos iban los amores, ella hacía dos años que tenía novio y yo llevaba tres años separado y sin buscar pareja, tenía mis líos de vez en cuando pero no quería nada serio y mi tía me fastidiaba diciendo que parecía que me la habían cortado. Al despertar vi que estaba a medio vestir con una teta al aire y aunque nos habíamos visto desnudos cientos de veces, me apeteció imaginar que me la comía entera para el desayuno.

Descarte es de pensamiento rápido y me puse a vestirme y prepararme para el día de caminata, cuando íbamos a salir, Mónica me dijo que no se sentía muy bien y que como teníamos días de sobra para acabar el camino, nos poníamos tomar un día sabático y veríamos todos los monumentos y detalles del pueblo en el que estaba el albergue. Yo lo vi bien porque teníamos más de tres días de sobra para llegar y el camino no era una carrera, había que disfrutarlo.

Visitamos varias iglesias y conventos comimos tranquilos descansamos un poco los pies que estaban hechos papilla y nos fuimos a la cama pronto. Volví a recordar su teta y tuve una pequeña erección, mi tía se dio cuenta y me dijo que era un sinvergüenza riéndose, yo le dije que lo viera como un tributo a ella. Nos reímos y me dijo que la sacara por qué como ella decía que me la habían cortado eso tenía que ser un palo o algo así

Seguimos riendo y me la saque medio morcillona, la sujeto con una mano y se puso a menearmela jugando, entendimos que no era un juego de niños que a los dos nos apetecía un poco de pasión y nos pusimos a besarnos y mordermos los labios las orejas el cuello y todo lo que nos apetecía, me detuve un buen rato en sus pechos que eran divinos ella lo disfrutaba mucho y le daba un masaje suave a mi mis huevos, me hizo una paja luego le comí la vulva especialmente el clítoris hasta que se corrió en mi boca. Yo paré un poco pero me dijo que no podía ser porque ahora que ella estaba cachonda había que acabar bien había que completar la faena.

No teníamos condones pero ella decía que no importaba porque llevaba un DIU, nos pusimos a follar sin pensar en nada más solo en dar y recibir placer como locos.

Cuando estábamos en la plaza del obradoiro comentamos lo bien que lo habíamos pasado en el camino y la anécdota especial que teníamos y que no contaríamos a nadie.