El otro día llegué a casa y cuando me estaba cambiando para ir a dormir, escuché unos ruiditos, como de animal quejándose.
No hice mucho caso y cuando ya estaba en la cama, esos ruidos como de de gimoteo empezaron a ser más fuerte. En casa no teníamos mascotas y solo estábamos mi hermana pequeña y yo por qué hasta dentro de dos días no volvían mis padres
Intrigado por el ruido intermitente pero constante, me armé con un paraguas y me dispuse a Supervisar toda la casa, fui cuarto por cuarto y no encontré nada hasta que me acerque al cuarto de mi hermana, que yo pensaba que dormía.
Vi que allí los ruidos eran mayores y para no despertar a mi hermana, porque la pensaba dormida, solo empuje la puerta con un dedo y oh my god, estaba de rodillas en el suelo con un consolador que no sé de dónde habría sacado.
No lo podía creer"mi hermanita" qué para mí sería siendo poco más que una bebé, este estaba jalando su panochita.
Me calle y no dije nada solo esa noche me la jale pensando en lo que había visto y al día siguiente estando solos ella y yo le conté lo que había visto y ella me pidió por favor que no dijera nada qué le pidiera lo que quisiera pero que no dijera nada
Cómo no sabía que pedir ella se ofreció para hacerme una paja le dije que no hacía falta pero vi en su cara que no era un ofrecimiento sino un deseo de manejar una cola y le dije que sí pero que también la tendría que chupar
Sin pensarlo mucho dijo que sí y después de mirarme la un rato dñ sus manos haciami aparato y mis pelotas y con su falta de experiencia se puso a jalar mi pene hasta que yo le dije que no me faltaba mucho y que se la de tierra en la boca para acabar
Su lengua se divertía sobre mi capullo hasta que me vine en su boca y un pequeño chorro de leche salió entre los labios y nos reímos un un poco de lo que había pasado
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