Seguidores

lunes, 21 de agosto de 2023

Irma

 Hola soy Irma una mujer de 32 años, cansada de los hombres y más aún después de haber roto con mi marido. Llevábamos ocho años casados y se suponía que todo iba muy bien, en todos los sentidos, habíamos tenido suerte y ya habíamos pagado la casa por completo, la convivencia era estupenda, no sabíamos vivir el uno sin el otro y el sexo era todavía mejor, cualquier instante era bueno para hacerlo. El aroma de nuestra casa era el de su polla y mi panocha, algún amigo y amiga que había venido de visita nos dijo que este olor lo habían puesto cachond@, no nos importaban esos comentarios y lo que empezamos a hacer fue invitar algunos a pasar alguna noche con nosotros.


Solo era para sexo, sin nada más allá del cariño que le puedes tener a un amigo o amiga. Lo que pasa es que como el roce hace el cariño, tanto roce de la polla de mi chico con una de nuestras amigas, hizo más que cariño, empezó viniendo a casa cada 15 días, luego semanalmente y después dos o tres veces por semana.


Yo no soy celosa y me guían que los tres lo pasábamos muy bien. Esta amiga tenía dos años menos que nosotros y creo que nada especial: delgadita sin mucho pecho y eso sí un culito respingón, también había que añadir que era bisexual y nos lo hacía muy bien a los dos, era muy alegre y simpática.


Aunque yo no era celosa, empecé a notar que mi chico hacía cosas raras como desaparecer de casa sin haber comentado antes que tenía que salir a hacer algo y cuando empezó a no follarme como antes que siempre estaba deseando estrujar mis tetas, pasar su lengua desde mis pezones hasta llegar a mi vulva dando un rodeo para hacerme sufrir la espera, comiéndome también los músculos y las nalgas, para volver a mi vulva que ya estaba casi goteando y saciarse con mis caldos mientras jugaba metiendo y sacando sus dedos de mi vagina y absorbiendo mi clítoris con sus labios y su lengua hasta que me arrancaba el primer orgasmo, me volvía loca.


Pero lo que de verdad me volvió loca fue verlo a escondidas, una tarde de esas que desaparecía por sorpresa, yo también salí y lo seguí, estaba con nuestra amiga, que parecía ser más amiga de él que mía por como se reía n y la forma apasionada de besarse.

Estaban en un bar y curiosamente los dos sintieron ganas de ir al baño a la vez, fueron al de chicos los dos y pasado un minuto pase yo también y allí estaba el pastel, ella con la camisa quitada y las bragas majadas, él con el pantalón bajado y comiéndole todo, no hacían casi ruido aunque la cara que tenían y los gestos de placer eran enormes.

Cuando me vieron se quedaron de hielo y medio tartamudeando dijeron que que sorpresa que sí yo también me iba a unir a la fiesta,


En ningún momento habíamos puesto límites a lo que habíamos estado haciendo, pero yo me sentí un poco apartada de ese lío que teníamos los tres por qué habría sido muy fácil haberme comentado esos encuentros que tenían los dos, no pasaba nada, pero el hecho de no haberme dicho nada me hizo sentir fatal porque cada vez eran más las veces que mi chico se esfumaba como el humo.


Y llegó el día que mi chico desapareció por completo, al llegar a casa me encontré una nota en la que decía que lo sentían mucho, que me había querido muchísimo y lo seguía haciendo pero que también quería mucho a la chica y que le gustaría empezar algo a solas con ella, que me quedara la casa para mí sola.

Me habían roto y desde entonces no confío en ningún tío ni en ninguna AMIGA, solo salgo de fiesta y cuando encuentro algún chico interesante, lo uso como un tampón, lo meto entre mis piernas y cuando ha cumplido su función lo desecho


Cuando me canse de esto puede que busque un hombre con el que compartir mi vida pero creo que falta mucho para eso




1 comentario:

Antigua amiga 3

 Continúe hablando con mi amiga casi a diario y con la esperanza menos por mi parte de volver a echar un buen polvo con ella . Por cosas de ...