Fantasía cumplida

 Cumplida fantasía 

Hola desde que era pequeño me ha gustado mucho una amiga de mi hermana, dos años mayor que yo.

Ah lo largo de los años, no he dejado de ser el hermano coñazo que acompañaba a mi hermano, casting un juguete para sus amigas.

Pero yo no le daba importancia porque vivía enamorado de su amiga Rebeca qué era protagonista de mis primeras pajas.

Fue pasando el tiempo y yo ya no era el niño pequeño con el que jugaban, ya tenía diecisiete años y obviamente tenía mis juegos y encuentros sexuales

Un día de los que Rebeca había quedado con mi hermana después de haber estado fuera casi dos años, se fijó en mi pero sin saber que era yo.

Mi hermana lo aclaro diciendo que el pequeñajo había dado un buen estirón.

Rebeca seguía igual de guapa y yo le recordé algunas de las bromas que me había gastado de pequeño para que creyera que era yo

Nos reímos los tres y ella me dijo que de verdad había cambiado, que ahora ya parecía más hombre…

Ella estaba sin pareja y yo también, así que le mandé algunas indirectas a las que ella solo se río.

Una noche, después de recordar lo que hacía años atrás, le dedique un par de pajas y la llamé para desearle buenas noches.

Contestó al teléfono extrañada de mi llamada, pero se notaba contenta y me dio las gracias, le dije que podíamos quedar para tomar un café o una cerveza, por qué después de tantos años siendo una compañía coñazo pues yo ya la veía como una amiga más

Se volvió a reír pero acepto

Quedamos en tres días y estuvimos hablando de todo un poquito, yo hice ver que ya no era un mocoso y le dije que llevaba años enamorado de ella

Otra vez se rio

Le pedí perdón por mostrar mis sentimientos y me dio un besito en los labios

Una cosa llevó a la otra y yo le devolví el beso. Fuimos a su casa, noto que yo estaba muy cachondo, algo fácil a mi edad, estaba muy empalmado y no estoy seguro de si eso provocó que sus pezones estuvieran tan de punta 

Era mi sueño, yo solo lo había hecho cuatro veces y para mí ella era una diosa, pero allí estábamos y después de prometer que no le diría nada a mi hermana, sin haber dejado de acariciar su cuerpo y ella el mío, dibuje figuras imposibles con mi lengua sobre su piel. Consegui que se corriera dos veces mientras jugaba con su clítoris y ella con polla. Luego nos pusimos a follar y como yo no tenía demasiada experiencia, ella solo se recostó boca arriba y abrió las piernas para dejar paso fácil a mi pene. No tardamos mucho en corrernos, pero yo no quise desaprovechar la oportunidad y volví a jugar con mi lengua y mis dedos su vulva para que se corriera más