Creo que será un esfuerzo mínimo llegar a hablar su lengua porque la chica lo merece.
Me importa muy poco llegar a dominar su idioma, más bien creo que con una mirada ya nos entendemos, cómo pasó la primera vez que coincidimos, no hicieron falta palabras.
Es cierto que estaría bien controlar su idioma con vistas a madurar más la relación con ella y su entorno.
Sí bien no hizo falta en nuestro primer encuentro que solventamos solo con indicaciones manuales o siguiendo la indicación de los ojos, pero será muy poco trabajo aprender una nueva lengua sí me sigue enviando vídeos como el que sigue abajo y yo me quiero integrar en su vida.
No tiene precio su cara y su boca, por no hablar de esos pechos generosos que me acogieron aquel día entre sollozos y gemidos.
Fue maravilloso cuando me dejó entrar en su cueva empapada de jugos e incansable, además de su dulce voz cuando se vino, intentando hablar en castellano.
Cada vez que me envía algún vídeo de los suyos, cuando el tiempo que me falta para verla como si fuera una condena.
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