En las fiestas hay que saber esperar porque nunca se sabe a quién puedes conocer
Después de un rato sin casi actividad más allá de tomar alguna copa y bailotear un poco, aparecieron un grupito de veteranas, mujeres que ya no tienen que cumplir los 40 años a pesar de lo cual conservan un cuerpo atractivo sin necesidad de recurrir al dicho de:
No hay chicas feas, solo copas de menos.
Estábamos de fiesta y eso permitía poder acercarte a cualquiera para entablar conversación sin tener demasiadas precauciones
Eran tres y después de tantear el terreno, vi que una de ellas estaba más receptiva porque daba más conversación e incluso salía a bailar conmigo.
En un momento del baile, nuestras caras pasaron cerca y me pareció que era la ocasión de besar, pero me paro los pies y me dijo que no era un lugar adecuado.
Me retiré un poco, entendiendo que no tenía nada que hacer con ella.
Cuando ya se iba, se acercó a mí y me dijo al oído :
Mira no tengo edad de ir liandome con tíos en una discoteca como cuando tenía 20 años, pero si quieres puedes venir a mi casa.
No sabía si decir que sí o decir que no porque no me esperaba esa invitación y solo la seguí y fuimos a su casa.
Se quedó mirándome y sonriendo hasta que me dijo que ya sabía que habíamos ido, que no me asustase.
Sé desvistió y me ayudó a desnudarme a mí, viendo sus pechos la tenía dura y me la jaló yo me abalance sobre sus pechos y los besaba y chupaba como usted fueran de caramelo
Empecé a acariciar su concha que ya estaba mojada y continué chupando su clítoris hasta que se vino.
Cuando iba a penetrarla me notó nervioso y dijo que le hacía ilusión ser ella quien dirigiera todo y que luego le podía decir que tal me había parecido.
(Iba a coger con este mujerón y no iba a tener que moverme casi nada, molaba)
Solo me tumbé en su cama y me deje hacer, casi no tuvimos preliminares, me la sujeto un poco mientras acariciaba su concha y se la fue metiendo, cuando tenía casi toda dentro empezó a acelerar movimiento de entrar y salir, acompañado de gemidos pequeños, ver como sus pechos se movían me iba a hacer explotar.
Le pregunté si quería que la avisase cuando me fuera a venir y ella se rio dijo que no tuviese cuidado, eso me liberó de tensiones.
Al sentirme más tranquilo pude alargar mi venida pero cuando ella se vino volver a escuchar sus jadeos me hizo terminar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario